Muchos de vosotros ven en el programa Monitor Camp USA el programa ideal para pasar un verano en Estados Unidos, disfrutar de la naturaleza y tener la oportunidad de trabajar en un ambiente nativo enseñando a los más pequeños. Pero ¿Cómo es la vida en un campamento?¿Cuales son las funciones del monitor?
Javier, nuestro participante Monitor Camp USA ha querido compartir su experiencia con nosotros, desde cómo gestiono los trámites con Travelingua hasta sus vivencias durante el campamento.
¡No os lo perdáis, Javier nos da todo lujo de detalles!
Os voy a comentar como empezó todo. Yo estaba de Erasmus, y una noche al conectarme vi un anuncio, “Trabaja en verano en Estados Unidos”. Yo ni corto ni perezoso abrí el enlace y empecé a indagar en la página de Travelingua, como estaba un poco cansado decidí enviar un mensaje y tras ello me fui a dormir. Mi sorpresa fue cuando al día siguiente, a las 9 de la mañana recibía una llamada de Támara respondiendo al mensaje y bueno, la verdad que por lo que me contó, me gustó y le pedí más información.
No tardé en decidirme y empecé con todos los trámites para irme en verano a Estados Unidos. Rellené los datos de Travelingua, CIEE y pasé la entrevista Online, después esperé a que algún campamento se pusiera en contacto conmigo, hasta que pronto llegó College Settlement con mi super managers Karyn y Josh con los que tuve que pasar otra entrevista. Reconozco que estaba nervioso en esta, pero bueno, Josh intentó decir un par de cosas en castellano. Así que nada, después me dirigí a Madrid a sacarme la visa y los vuelos, y quitando hacer la maleta ya lo tenía todo listo para pasar el verano de mi vida. Y lo digo a conciencia, yo he trabajado muchos veranos en Valencia, Londres,… pero es que este ha sido totalmente diferente.
Un 6 de Junio volvía a mi casa tras el Erasmus y tras un incesante ritmo de deshacer maletas, poner lavadoras durante 3 días y hacer maletas el 10 de junio ya estaba cogiendo otra vez los aviones destino Nueva York. Cuando llegué a Nueva York, una vez pasados los controles de seguridad (si eres español te controlarán que no lleves jamón, lo digo por experiencia) salí de la terminal y llamé al bus/taxi que habían contratado para mi y me que me llevó directo a un hostel cerca de Brodway Street, si, ahí donde los teatros y las estrellas. Allí me estaba esperando Kristen que me ayudó con la habitación del hostel. Al día siguiente aproveché para hacer un poco de turismo por Central Park y después a la reunión con Kristen para que me explicara un poco más en profundidad.
A la mañana siguiente me subí al bus y desde él pude apreciar todo el skyline de Nueva York. Y después de 2 horas en un bus llegué a Filadelfia. De ahí un tren a un pueblo cerca de la capital de Pensilvania y ahí me estaba esperando mi compañera “Coco” con una de las furgonetas del campamento y tras un par de minutos por carretera llegue a lo que iba a ser mi hogar durante un par de meses.
Nada más llegar me llevaron a la cabaña donde iba a estar durante la “Orientation week” y allí conocí a Tom, Callum, Arun, Bryan, Will, Izzy, Kieran, Roi, Phil, Sol,.. La verdad que solo con esa cabaña ya me quedé alucinando, solo había conocido a unos pocos de los chicos del campamento y ya había gente de los 5 continentes, desde Australia hasta America, pasando por Asia, África, y por supuesto Europa; Ingleses, galeses, escoceses e irlandeses lo que más. A partir de este momento viví posiblemente las mejores dos semanas del programa, no por lo divertido, gratificante o interesante, fueron las dos mejores semanas por la suma de experiencias y vivencias. Conviviendo 24/7 con 40 jóvenes de entre 18 y 25 años de todo el mundo, creo que esto fue lo mejor del verano, la diversidad del campamento, la actitud abierta, todos sonriendo, activos, con intereses y motivaciones, que te ayudaban con todo y te enseñaban y aportaban en lo que podían, desde ayudar a otros a aprender a nadar, o escalar, como ayudando a los que no hablamos inglés como primera lengua a mejorarlo.
Básicamente fueron dos semanas habituándose al campamento, aprendiendo nuevas habilidades (socorrismo, escalada), mejorando el inglés, actividades deportivas, arts & crafts, juegos, actividades, canciones, parecía un campamento para nosotros. Y además contábamos con tiempo libre por lo que podíamos interactuar, ir al cine invitados por el campamento, salir a visitar el entorno, ir a la ciudad, salir a tomar algo, vivir una típica “house party” con amigos americanos que conocimos allí, salir de compras y vivir la cultura americana, desde participar en un “Burger challenge” a ir a un partido de béisbol, y porqué no habían de fútbol… Y es que lo mejor es que eran nuestros managers los que nos incitaban a hacer cosas, siempre con moderación y respeto, pero nos invitaban a salir a explorar y nos decían los eventos de alrededor o donde podíamos ir.
Después de estas dos semanas, llego lo más dificil para mí. Habíamos dado clases de como tratar con los niños y chavales y de como solucionar conflictos, nunca he tratado con niños previamente al campamento, por no saber, sigo sin saber como coger a un bebé en brazos.
Pero entre los compañeros nos apoyábamos unos a otros, por las noches, después de acostar a los chavales, teníamos gente con quién hablar y relacionarnos, hacer amistades y de algún modo seguir disfrutando, jugando a las cartas, Xbox … – Javier Lahuerta i De Manuel, Monitor Camp USA
¿Quieres saber cómo continua la historia de Javier? En nuestra próxima entrada publicaremos el resto de su relato. Sabremos más sobre su día a día y cómo consiguió finalmente ser ¡el mejor verano de su vida!
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